Incluso para bomberos con experiencia, entrar a una estructura en llamas puede ser desorientador: el humo reduce la visibilidad, el ruido del fuego dificulta oír y el uso del SCBA complica aún más la situación. Por eso, cuando se emite una orden de evacuación, es crucial que todos la perciban. En muchos cuerpos de bomberos, la señal consiste en tres pitidos cortos de una bocina de aire repetidos tres veces, aunque no existe una guía nacional y algunos departamentos utilizan variaciones, como dos repeticiones o una sirena sostenida por 30 segundos.
Estas bocinas pueden alcanzar hasta 150 decibelios —un nivel considerado inseguro según la ASHA—, pero aun así resultan preferibles frente al riesgo de quedar atrapado en un colapso. Funcionan liberando aire comprimido (100–200 psi) que hace vibrar un diafragma para generar el sonido, un proceso similar al de un altavoz, aunque la forma y longitud de la campana de la bocina modifican aún más el tono. Tal vez por eso las bocinas de los camiones de bomberos de Nueva York suenan tan particulares.



