Muchas personas notan que el dolor en las rodillas y las manos se intensifica al caer la noche. Aunque durante el día las molestias pueden ser leves o incluso pasar desapercibidas, al acostarse el dolor aparece con más fuerza. Estas son las causas más comunes.
1. Inflamación acumulada durante el día
Caminar, cargar peso, usar el celular o realizar movimientos repetitivos provoca microinflamaciones en las articulaciones. Por la noche, cuando el cuerpo se detiene, el cerebro percibe con mayor claridad el dolor.
2. Artritis y artrosis
La artritis reumatoide y la artrosis suelen empeorar en la noche. La rigidez, la hinchazón y el dolor en manos y rodillas son síntomas típicos, especialmente en personas mayores o con antecedentes familiares.
3. Mala circulación
Al acostarse, la circulación puede volverse más lenta, lo que favorece la sensación de dolor, hormigueo o rigidez en las extremidades, sobre todo en manos y rodillas.
4. Cambios hormonales y climáticos
Durante la noche disminuye el cortisol, una hormona que ayuda a controlar la inflamación. Además, el frío nocturno puede endurecer las articulaciones y aumentar las molestias.
5. Falta de descanso adecuado
Dormir en malas posturas o en colchones inadecuados puede ejercer presión sobre las articulaciones, provocando dolor al final del día.
6. Deficiencias nutricionales
La falta de vitaminas como la D, B12, calcio o magnesio también puede manifestarse con dolor articular nocturno.
Cuándo preocuparse
Si el dolor es constante, despierta durante la noche, hay inflamación visible o dificultad para mover las manos o las rodillas, es importante consultar a un médico para un diagnóstico adecuado.
Reflexión final
El dolor nocturno no debe normalizarse. Muchas veces es una señal de que el cuerpo pide atención, descanso o cambios en el estilo de vida. Escuchar esas señales a tiempo puede marcar la diferencia entre una molestia pasajera y un problema crónico.




