A los 38 años, a Molly Kochan le diagnosticaron cáncer de mama con metástasis cerebral. Poco después se divorció y su vida dio un giro inesperado: decidió explorar su sexualidad con más de 200 hombres.
“Quería sentirme viva, deseada y libre. Si el placer era lo único que podía controlar, me aferraría a él con uñas y dientes”, contó en el podcast Dying for Sex, creado junto a su amiga Nikki Boyer.
Molly usó apps de citas, encuentros casuales y una sinceridad brutal: antes de desnudarse decía: “Tengo cáncer. Es terminal. Y quiero ser honesta contigo”.
Su relato mezcla humor, dolor y valentía, pero sobre todo una reflexión: cuando la vida tiene fecha de caducidad, las expectativas ajenas dejan de importar.