Jet Horne, de 20 años y residente de Snellville, fue sentenciado a 30 años de prisión, 25 de ellos en cumplimiento, tras ser hallado culpable de una serie de ataques armados dirigidos contra antiguos compañeros de secundaria en Lawrenceville.
Un jurado lo declaró responsable de 20 cargos, entre ellos intento de homicidio, asalto agravado, secuestro de vehículo y daño criminal a la propiedad. Los crímenes ocurrieron en tres ataques separados entre diciembre de 2024 y mayo de 2025.
El primer ataque ocurrió el 18 de diciembre, cuando Horne emboscó a Talal Anash, disparándole ocho veces mientras regresaba del trabajo. En marzo, atacó a Timair Walker, disparando contra su auto y alcanzando accidentalmente a un vecino. El tercer incidente fue en mayo, cuando amenazó a Maalik Leitch para robarle su BMW y luego intentó huir a pie antes de ser arrestado.
La fiscal del distrito, Patsy Austin-Gatson, destacó que continúan orando por las víctimas y subrayó la importancia de hacer responsables a quienes generan violencia en la comunidad.
Las autoridades lograron vincular los casos gracias a la evidencia balística encontrada en el vehículo robado. La investigación y el proceso estuvieron a cargo de fiscales, detectives y personal del Departamento de Policía del Condado de Gwinnett.
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Reflexión
Este caso recuerda que los rencores y conflictos del pasado pueden convertirse en tragedias cuando no se buscan caminos de diálogo, apoyo o reconciliación. La violencia nunca es un cierre: es una herida que se multiplica y destruye vidas.




