millones de cangrejos rojos comienzan su odisea anual

screenshot_20251023-082147

La gran marcha de los cangrejos rojos en la Isla de Navidad: un espectáculo natural único

Decenas de millones de cangrejos rojos han iniciado su migración anual a través de la Isla de Navidad, avanzando lentamente hacia el océano en uno de los fenómenos naturales más impresionantes del mundo.

A pesar de que la isla cuenta con una pequeña población humana, sus 1,200 habitantes participan activamente en esta travesía, utilizando sopladores de hojas y rastrillos para despejar el camino a los crustáceos y evitar que sean aplastados.

Alexia Jankowski, gerente interina del Parque Nacional de la Isla de Navidad, confirmó que el territorio australiano —ubicado en el Océano Índico— alberga hasta 200 millones de cangrejos rojos endémicos (Gecarcoidea natalis). Se estima que cerca de 100 millones emprenden cada año su viaje desde las madrigueras del bosque hasta la costa para reproducirse.

El inicio de las lluvias de verano en el hemisferio sur, ocurrido el pasado fin de semana, marcó el comienzo de esta odisea anual. Durante las horas más calurosas del día, los cangrejos buscan refugio en la sombra, pero al amanecer y al atardecer, miles de ellos invaden caminos, jardines y carreteras en una lenta pero constante marcha hacia el mar.

“Algunas personas podrían pensar que son una molestia, pero la mayoría de nosotros lo vemos como un privilegio”, explicó Jankowski. “Los cangrejos no distinguen obstáculos: cruzan lo que necesiten para llegar al océano. Si dejas la puerta abierta, podrías encontrarte con un grupo de ellos en tu sala. Incluso hay quienes deben rastrillar los cangrejos de su cochera para poder sacar el auto sin hacerles daño”.

Reflexión:
Cada año, esta migración recuerda a los habitantes de la Isla de Navidad —y al mundo entero— que la naturaleza sigue su propio ritmo, imparable y majestuoso. En un planeta donde las ciudades crecen y los ecosistemas se reducen, la convivencia respetuosa entre humanos y vida silvestre no solo es posible, sino necesaria. Los cangrejos rojos nos enseñan que la tierra no nos pertenece: simplemente la compartimos.

Share this Posts

Twitter
Facebook
LinkedIn
Email

You may also enjoy these articles

Loading...