Una mujer de 65 años acudió al médico en Corea del Sur por fuertes dolores de rodilla y los especialistas descubrieron algo insólito: tenía hilos de oro incrustados en sus articulaciones.
Según The New England Journal of Medicine, la paciente sufría osteoartritis y, tras probar sin éxito múltiples tratamientos, recurrió a la acupuntura con hilos de oro. Sin embargo, el procedimiento empeoró su condición: los filamentos quedaron atrapados en el tejido, provocando quistes y endurecimiento óseo.
El hallazgo sorprendió a los médicos, quienes advirtieron que incluso era riesgoso realizarle resonancias, pues los hilos podían desplazarse y dañar vasos sanguíneos.