Un nuevo estudio publicado en el Journal of Hazardous Materials advierte que los efectos de beber agua embotellada en plástico han sido gravemente subestimados. Tras revisar 141 investigaciones, los científicos concluyeron que una persona promedio ingiere entre 39,000 y 52,000 partículas de microplástico al año, y quienes consumen agua embotellada podrían sumar hasta 90,000 más que quienes beben del grifo.
La investigadora Sarah Sajedi señala que el problema no es la toxicidad inmediata, sino la acumulación crónica de estos plásticos en el cuerpo, lo que podría traer consecuencias a largo plazo.
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