Un hombre de 28 años, identificado como Oscar Cruz, fue secuestrado de su casa en Gwinnett y hallado muerto en el estacionamiento de una iglesia tras recibir 17 disparos. La policía arrestó a Raymond Cooper, de 34 años, acusado de irrumpir en la vivienda de Cruz, atarlo y llevarlo hasta el lugar donde lo ejecutó.
“Es triste que lo dejaran justo en la iglesia”, comentó una vecina.
Este crimen refleja la brutalidad a la que puede llegar la violencia, recordándonos lo frágil que es la vida y la importancia de buscar justicia y paz en nuestras comunidades.