Los estafadores han encontrado una nueva forma de robar dinero: a través de cajeros automáticos de Bitcoin.
Estos dispositivos, que se están volviendo comunes en gasolineras, minimercados y otros puntos de venta, permiten a las personas comprar o enviar criptomonedas de manera rápida. Sin embargo, se han convertido en una herramienta ideal para los delincuentes que buscan vaciar las cuentas bancarias y de inversión.
El fraude comienza con una llamada o mensaje inesperado. El estafador te alerta sobre un problema urgente, como actividad sospechosa en tu cuenta de Amazon o cargos no autorizados en tu banco. A veces, incluso te acusan de estar involucrado en delitos graves como lavado de dinero o tráfico de drogas. Para “proteger” tu dinero, te instan a retirar efectivo de tus cuentas y depositarlo en un cajero automático de Bitcoin específico
El gancho es que, una vez que el dinero entra en el Bitcoin, se transfiere directamente a la billetera del estafador. Los estafados pierden grandes cantidades de dinero, sin forma de recuperarlo, ya que las transacciones en criptomonedas son prácticamente imposibles de rastrear o revertir.